El logro o fracaso de los objetivos de nuestra empresa depende muchos factores, dentro de los cuales uno crítico es el definir una planeación estratégica que nos permita orientar los esfuerzos hacia un fin común.
Muchas veces nos encontramos con que se entiende o da por entendido que toda la gente conoce el rumbo de la empresa, lo que tiene que hacer y lo que la empresa necesita, pero ¿es así?
Cuando se establece un plan de trabajo que implica un número deternimado de metas u objetivos sobre los cuales la empresa deberá establecer sus programas y dirigir su esfuerzo durente un plazo establecido, encontramos mucho mayores oportunidades de que estos se logren.
La Alta Dirección de la organización debe establecer, de común acuerdo con la asamblea o consejo, cuáles son las metas en ventas, rentabilidad, nuevos mercados, nuevos productos, implantación de sistemas o procesos dentro de la organización que deben regir el actuar de la misma durante este período.
No sólo se necesita determinar qué hay que lograr, sino también cuál será el plazo, los mecanismos de medición y las metas que se deben lograr sobre cada objetivo específico, así como las áreas o personas participantes y el responsable del mismo.
Es sumamente importante cuando se define cualquier objetivo de este tipo, que dentro de los participantes se considere a aquellas áreas y personas cuya interacción esté relacionada con el mismo, a fin de que todos los elementos que sean requeridos para su logro se encuentren encausados, y con conocimiento pleno del rumbo a seguir, lo que se espera específicamente de su aportación para que esto suceda, así como los plazos en los cuales deberá rendir los resultados que se esperan.
El establecer metas claras, retadoras, pero alcanzables, así como períodos bien definidos en los cuales se deberá medir el avance sobre estos objetivos, determinando los alcances y plazos para cada elemento permitirá que se puedan establecer estrategias de corrección a tiempo, redefinir los mecanismos e incluso los procesos relacionados, a fin de que al final de nuestro ejercicio encontremos objetivos cubiertos y no pretextos.
¿Acostumbras en tu empresa realizar una Planeación Estratégica de forma periódica?